sábado, 8 de mayo de 2010

Un poco de historia: Audi quattro.




Hace un par de meses se cumplían 30 años de aquél Salón de Ginebra de 1980 en el que Audi presentaba un coupé con tracción a las cuatro ruedas y al que denominó quattro. La experiencia de Audi en este tipo de transmisión databa ya de los años cincuenta, cuando desarrollaron un vehículo de uso militar con tracción total sin ningún tipo de precedentes.

Los propósitos fundamentales de esta creación eran dos básicamente: mejorar la adherencia de los coches con tracción delantera o trasera para hacer frente a una nueva generación de motores turbo de alto rendimiento, y demostrar que tanto velocidad como seguridad podían ser desarrolladas al mismo tiempo en un modelo altamente funcional. Las ventajas del sistema quedaron patentes con la victoria de Walter Röhrl en el Rally de Montecarlo en 1984 al volante del Audi Quattro A2. Ahora hace unos meses, el mítico piloto germano, a sus 64 años, volvió a demostrar su buena forma en el homenaje que la marca hizo para celebrar el trigésimo aniversario de su creación en el Col de Turini y que Autocar nos muestra en un vídeo que dejará boquiabierto a cualquier aficionado.

Ya en la década de los 70 Audi abogaba por las ventajas de este sistema, ya que la transmisión a dos ruedas suponía una tracción deficiente cuando el vehículo funcionaba a plena potencia, lo que se evidenciaba con el constante riesgo de patinajes y otra serie de desventajas. No obstante, no fue hasta la incorporación de Audi al grupo Volkswagen cuando los beneficios de la marca empezaron a hacer posible el desarrollo del quattro.


El quattro logró sentar la tendencia de la tracción a las cuatro ruedas para los turismos. El sistema de transmisión integral es de diseño bastante sencillo y se inspira en el de un vehículo todoterreno, el Iltis militar de Volkswagen. Una de sus características más interesantes es el empleo de árboles de transmisión concéntricos delanteros, siendo el interno el que hace regresar la transmisión del diferencial central al diferencial delantero. Gracias a este sistema, los proyectistas del Audi consiguieron un gran ahorro de espacio.

El Audi quattro de 1985 disponía de un motor colocado en posición delantera longitudinal de cinco cilindros en línea, con una cilindrada de 2144cc. Soportaba un par máximo de 285 Nm a 3500rpm y una potencia máxima de 200CV a 5500rpm. Todo un icono para la ingeniería de la época.


Actualmente Audi sigue utilizando el término quattro para designar a dos de sus modelos de producción: el A4 allroad quattro y el A6 allroad quattro, lo que puede darnos una idea del alcance que supuso el desarrollo del sistema.



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