Corría el año 1975 cuando Hervé Poulain, tasador de un bufete de subastas y aficionado al automovilismo, decidió conjugar arte y velocidad para enfrentarse a los más grandes en las 24 horas de Le Mans. El piloto aficionado llegó hasta la quinta posición, aunque por razones mecánicas tuvo que abandonar tras nueve horas de carrera. No obstante, su bólido no dejó indiferente a nadie, y con él comenzó una tradición que dura hasta nuestros días.
Decorado por el estadounidense Alexandre Calder tan sólo un año antes de su muerte, el BMW 3.0 CSL que conducía se convirtió en el primero de tantos modelos maquillados por artistas reconocidos a nivel mundial. Con otro BMW, esta vez un M1 encargado a Andy Warhol, Poulain logró terminar en la sexta posición en el año 1979. En total, serán nueve coches de diferentes marcas fruto de esta pasión por el arte y el motor los conducidos por el francés, e incluyendo la última novedad, dieciocho las obras de arte de este tipo que atesora BMW desde el nacimiento de esta tendencia a mediados de los setenta.
El segundo BMW Art Car fue creado por Frank Stella en 1976. El artista, un apasionado de las carreras de coches, configuró una malla blanca y negra con la que cubrió otro 3.0 CSL. El archiconocido Roy Lichtenstein tampoco se libra de este tipo de decoraciones, quedando a su cargo la transformación del BMW 320i que corrió en Le Mans en el año 77. Tras el ya citado modelo firmado por Warhol en el 79, y de forma más o menos discontinua en el tiempo, nuevos modelos fueron apareciendo con el paso de los años.
1982 fue el año del BMW 635 CSi. El pintor austríaco Ernst Fuchs declaró que se había inspirado en un sueño que había tenido a la edad de cinco años a la hora de diseñar la decoración. Según el propio Fuchs, “Firefox on Harehunt”, nombre que él mismo le puso a su obra, “representa a una liebre corriendo a través de una autopista por la noche saltando por encima de un coche en llamas”. Otro 635 CSi fue la estrella de 1986. Esta vez fue la primera en la que se utilizaron métodos fotográficos para realizar el diseño, que corrió a cargo de Robert Rauschenberg. Este pintor ha sido reconocido como uno de los artistas más influyentes y prolíficos del siglo XX, y su creación motorizada llegó incluso a exponerse en el Guggenheim de Nueva York.
Por otro lado, 1989 estuvo protagonizado por el BMW M3, cuya primera comercialización tuvo lugar en 1986. Fueron dos los art cars presentados ese año, y ambos sobre la base del ya citado modelo. El primero de ellos lleva la firma de Michael Jagamara Nelson, y le llevó al australiano siete días de duro trabajo. El segundo lleva la del también australiano Ken Done. Ambos coches fueron encargados por la sección australiana de BMW Motorsport.
Al año siguiente, ya en la década de los 90, otros dos nuevos modelos fueron presentados: un BMW 535i de la mano del japonés Matazo Kayama y un 730i encargado al español César Manrique. Sólo un año después salían a la luz las undécima y duodécima piezas de la casa bávara: un Z1 y un 521i decorados por el alemán A.R. Penck y la africana Esther Mahlangu (primera mujer dentro del grupo que posteriormente llevaría a cabo también los trabajos de decoración de un Fiat 500 en 2007).
El italiano Sandro Chia fue el elegido en 1992 para pintar un Serie 3 de carreras. 1995 fue el turno de David Hockney y su 850CSi con una carrocería que representa un paisaje abstracto. El último de la década de los 90 será un BMW V12 LMR muy especial, cubierto de sorprendentes mensajes escritos por Jenny Holzer. Ocho años pasaron desde que salió a la luz este modelo hasta la siguiente presentación de un Art Car, ya en pleno siglo XXI. Un concept car, el BMW H2R, en cuya creación colaboró Olafur Eliasson.
Presentado de forma oficial el pasado 2009, un BMW Z4 cambió la concepción del Art car, dejando la posición de “obra de arte” para acercarse a la de “artista”. De la mano del sudafricano Robin Rhode, el deportivo se convirtió en la herramienta con la que se decoró un lienzo de tamaño aproximado al de un campo de fútbol. El proceso de creación del gigantesco cuadro fue documentado desde el principio y utilizado para el rodaje de un spot publicitario.
Y este año, de nuevo BMW nos ha vuelto a sorprender con una vuelta a los orígenes. Su presentación se llevó a cabo en la ciudad del amor, frente a la imponente Torre Eiffel. Un BMW M3 GT2 decorado por Jeff Koons es la novedad en lo que a Art Cars se refiere. Será el encargado de representar a los alemanes en las 24 horas de Le Mans 2010, e independientemente de su posición final, seguramente no dejará indiferente a nadie. Ahora es posible afirmar, sin miedo a equivocarse, que tanto Andy Priaulx como Dirk Werner y Dirk Müller (los pilotos de este coche), elevarán a la enésima potencia el arte de la conducción los próximos 12 y 13 de junio.